IRRACIONALES

 ¿Has identificado la paradoja de que incluso para justificar lo irracional, somos racionales? No hay otra explicación detrás de ello más que la irracionalidad como esencia de la naturaleza humana.


Para que entendamos cómo forma de nuestra vida la irracionalidad, te iré contando una historia al mismo tiempo que resaltamos los puntos claves.

En 432 a. C., los habitantes de Atenas recibieron la noticia de que representantes de la ciudad de Esparta se encontraban en la ciudad y habían presentado al consejo de gobierno ateniense nuevas condiciones de paz. Si Atenas no las aceptaba, Esparta le declararía la guerra. Ante esta situación, se decidió hacer una asamblea. Todos los habitantes estaban presentes, unos decían que la mejor opción era que Atenas debía tomar la iniciativa y atacar primero. Otros les recordaron que en una batalla terrestre las fuerzas espartanas eran casi invencibles, sería entrar a su juego. 

Todos los moderados estaban a favor de aceptar las condiciones de paz, aunque muchos señalaron eso como temor, otros que les daría más tiempo para hacer crecer su ejército a los espartanos. Como ya suponen, el debate era cada vez acalorado, la gente gritaba y no había una solución satisfactoria a la vista. Hasta que todos guardaron silencio para escuchar a Pericles: 

"Mi opinión es la misma de siempre: me opongo a cualquier concesión a la Liga del Peloponeso, aunque sé que el entusiasmo con que se convence a la gente de entrar en una guerra no se prolonga hasta el momento de la acción, y que la opinión de la gente cambia con el curso de los acontecimientos.”

Punto 1: la ilusión de la racionalidad.

Todas las personas buscamos sentirnos respetadas, con poder, así que hacemos de nuestra vida todo un plan perfecto, con estrategias y planes maravillosos. ¿Sería correcto decir que cuando salen mal buscamos otras estrategias? ERROR, siempre encontramos razones exteriores para justificar, porque claro, no hay otra explicación posible, el plan funcionaba perfecto.

Esa es la ilusión de racionalidad. En nuestra imagen mental de las cosas tenemos todo en orden, y creemos que la vida real será así, y no. Y si falla, nunca pensamos que es nuestra responsabilidad, decimos que fueron cosas como el gobierno, la inflación, la gravedad. Un sin fin de cosas que solo demuestran una cosa: SOMOS IRRACIONALES POR NATURALEZA.


También, Pericles resaltó un punto importante: las diferencias entre Atenas y Esparta no debían resolverse con la aceptación negativa del otro, es decir, debían llegar a un acuerdo mutuo a través de árbitros neutrales para evitar descontento, porque eso significaría que los acuerdos no funcionaron y la guerra sería inevitable. Además, agregó que pensar directamente en la guerra sería un suicidio para Atenas.

Punto 2: nos guían nuestras emociones.

Si nuestras ideas funcionan a la perfección, ¿por qué fracasan? Es porque no somos racionales en absoluto, sólo "astutos" y egoístas. Lo que guía nuestras decisiones son nuestras emociones: el ansia, la alegría, la tristeza, el miedo. Todo por un fin aparentemente satisfactorio porque sí funciona, pero a corto plazo. Pero la realidad es que si queremos tomar una decisión racional debemos pensar en el largo plazo.

Ante un problema queremos una solución inmediata, y lo que normalmente hacemos es ignorarlo y creemos que será suficiente. No es cierto. Sea lo que sea, poco a poco se irá acumulando hasta estallar, hasta que ya no se pueda hacer nada. En el presente no estás en contacto con la racionalidad porque tu mente está agobiada por tus emociones. 


Entonces, ¿cuál fue su solución?

"Que los espartanos lleguen y nos inciten a pelear, que devasten nuestro territorio. No morderemos el anzuelo; no los combatiremos en tierra. Con nuestro acceso al mar, mantendremos bien provista a la ciudad. Usaremos nuestra marina para incursionar en sus poblaciones costeras. Con el tiempo, la ausencia de batalla los exasperará. La necesidad de alimentar y abastecer a su ejército permanente los dejará sin dinero. Sus aliados pelearán entre sí. El partido de la guerra en Esparta quedará desacreditado y una paz verdadera y perdurable será convenida, todo ello con un costo mínimo de vidas y dinero para nosotros.”

Punto 3: las ideas irracionales triunfan sobre las racionales.

Todos queremos héroes, personas que actúen aquí y ahora, que nos hagan sentir que todo estará bien. Pero nada más, por eso nos dejamos llevar por promesas que, como vimos en el punto anterior, nos hagan sentir emociones. Y es por eso que, al contrario de lo esperado, cuando algo está muy bien elaborado, estructurado y organizado no nos llama la atención y creemos que no servirá por ser tedioso.

Este ejemplo me pareció muy acertado para explicar el tema ya que su final es, sin dudas, más que curioso: sí empezó la guerra, y todos siguieron el plan de Pericles hasta que una peste hizo que falleciera. Fue el punto de quiebre. De IRRACIONALIDAD TOTAL. Atenas estaba prácticamente arruinada, así que los líderes que quedaron decidieron atacar ciudades pequeñas para empezar una nueva ciudad, pero cada vez fueron más ambiciosos, lo que hizo que atacaran una y otra vez una ciudad que simplemente era mucho más que ellos. ¿Qué crees que pasó? Lo que Pericles dijo que pasaría, solo que nunca se imaginó que sería una profecía para su propio pueblo.


¿Qué podemos aprender de Pericles? (¿Cómo podemos ser racionales?)

Primero, busca la forma de dominar tus emociones. No podemos permitirnos actuar baja la influencia de estas, porque nos alejan de la realidad, nublan nuestra visión, así que Pericles aprendió a no reaccionar nunca en el momento, no tomar jamás una decisión mientras estuviera bajo la influencia de una emoción fuerte. Lo que sí debemos hacer es analizar nuestras emociones, examinar con atención inseguridades o ira, y ver que no se justifican, perderá su importancia.

Segundo, medita para ayudarte a calmarte. Pericles se retiraba a su casa, donde permanecía solo durante días sin fin para calmarse, y no reaccionar ante la TRAMPA DEL EGO, aquellas que nos impulsa a realizar un sin fin de cosas para sentirnos bien con nosotros mismo sin tener en consideración a los demás, o las consecuencias a largo plazo. 

Y tercero, ten una norma de vida. Pericles llegó a la conclusión de que, como todos, también creía ser racional, pero no era así. Entendió que la racionalidad no es una facultad con la que naces, sino que adquieres mediante la instrucción y la práctica. Su norma era: seguir la voz de Atenea (representa la racionalidad).


La vida constantemente nos pondrá retos, momentos en los que no podrás concentrarte en resolver racionalmente. Pero es justo por eso que debemos trabajar en un potencial que quizás hayas sentido en momentos de serenidad y concentración: la idea perfecta que se te ocurre luego de mucho pensar, por ejemplo. Como Pericles en la asamblea, te contagias del drama de los demás y reaccionas siempre a ello, y te impiden concentrarte en tu norma racional para que guíe tus decisiones.

Y es por eso que también nunca cumples las metas que te propones, ya que te dejas llevar por lo que sientes al ver que los demás "triunfan", y tú te sientes estancado. Pero eso puede cambiar en cualquier momento con una simple decisión: cultiva tu Atenea interna. La racionalidad será entonces lo que más valores y te servirá como guía para ser más lúcido y tranquilo, verás respuestas y soluciones creativas que nadie más podrá imaginar.

De un lunático a otro. -

A. Gómez.










Fuentes:

  • Grenne, R. 2018. Las leyes de la naturaleza humana. (1° ed. digital). Editoriales Océano.
  • Sobre Pericles: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/pericles-el-triunfo-de-la-democracia_18974
Recomendaciones:
  • Pensar rápido, pensar despacio. De Daniel Kahneman.
  • Cómo funciona la mente. De Steven Pinker. 

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