ANIMA y ANIMUS

"Las funciones inferiores de la psique son provocadas por el YO, al no prestarle atención." - Jung.


Arquetipos. Seguramente los conoces, a pesar de que no sepas lo que son. Jung los consideraba imágenes innatas porque representan patrones universales de pensamiento, emoción y comportamiento. Y ello se ve reflejado en las historias que nos contamos, pueden ser mitos, cuentos, parábolas, incluso en los sueños están presentes.

Jung nos presenta el inconsciente colectivo como una forma de entender por qué cierto patrones son universales, pero, a lo que representa esos patrones, es decir, los arquetipos, lo denominó: inconsciente personal.

Los contenidos de dicho inconsciente poseen una alta carga afectiva, es decir, forman parte de la respuesta emocional de la persona, por eso es tan fácil identificarse con ellos (los arquetipos). Además, forman parte de la vida anímica de la persona, es decir, psicológica.

Ambos inconscientes se complementan, ya que los arquetipos sólo pueden entenderse, o aplicarse, cuando tratan de representar un pensamiento colectivo. Esto es porque los arquetipos ayudan a designar contenidos colectivos que aún la persona no ha sometido a elaboración, o interpretación, psíquica. Entonces se vuelve fácil interpretar sin elaboración.

Lo interesante de esta teoría, y lo complejo, es que los arquetipos representan un contenido esencial inconsciente, pero que al ser percibido, o al ser consciente, puede cambiar de acuerdo con cada persona, con cada conciencia individual. Y aquí entramos al tema.


Anima y Animus

Muchos de los ejemplos de arquetipos que propone Jung, parece que las personas tratan de "ignorarlos", tratando de justificarse en que cada persona es única que no existe ninguna categoría para definirlo. Nada más lejos de la realidad. 

Y el ejemplo que más puede resultar complicado, por no decir controversial, es el que tiene que ver con la energía femenina y masculina, es decir, los arquetipos Anima y Animus.

  • Anima: es la energía femenina que está en el inconsciente masculino.

Jung lo utiliza para designar los rasgos e imágenes femeninas en el hombre. Algunos rasgos pueden ser heredados por el potencial genético, pero las imágenes son personificadas, en este caso, por los arquetipos. El Anima deriva de tres causas, pero la principal es la experiencia que ha compartido con otras mujeres, sobre todo con su madre.

Las imágenes que se han atribuido a la mujer han sido muchas y han cambiado a lo largo de los años: tentadora, hechicera, guía espiritual, diosa, madre, educadora, amorosa, compañera, sensualidad, etc. La mujer decide en qué medida adoptar un papel, de ello depende su experiencia normal o anormal.

  • Animus: es la energía masculina que está en el inconsciente femenino.

De nuevo, Jung lo utiliza para designar los rasgos e imágenes masculinas en la mujer. Las mujeres también pueden proyectar su imagen del Animus depende de su experiencia con un hombre en particular. En este caso, el Animus aporta a la mujer cualidades que la hagan racional y realista, de los contrario, puede crear una rivalidad hacia los hombres.

Las imágenes que se han atribuido a los hombres: aventurero, seductor, protector, caballero, padre, etc. Depende de la experiencia del hombre la imagen que decida adoptar.


Este arquetipo representa aquellos aspectos masculinos y femeninos necesarios dentro de cada individuo. Jung nos habla de una integración, que ayuda a que la persona logre polarizar éstas energías "opuestas" (complementarias, sería lo ideal) para no generar conflicto en la psique.

Actualmente, están en guerra. Hay ciertos movimientos que tratan de minimizar la importancia de reconocer la energía masculina, paradójicamente, lo hacen tratando de demostrar que pueden hacer todo lo que típicamente se le atribuye a lo masculino, y en ese proceso matan la energía femenina.

En conclusión: ambas energías están muriendo.


Conflictos que genera en la psique

La idea de Jung es un conocimiento de nosotros mismos. Los arquetipos se plantean para identificar y entender características de nosotros que están en el inconsciente colectivo. Se planten para analizar la función que tienen en nuestro inconsciente personal, y para llegar a lo más profundo del inconsciente colectivo.

Pero para ello, debemos conocer, y enfrentar, nuestras energías. Vale aclarar que esta teoría presenta un conflicto interno llamado "neuroticismo", y más allá de la respuesta que intenta dar a cómo funciona la psique, lo curioso es cómo podemos anclar a la sociedad actual los conflictos internos. Es decir: cómo repercute no conocerse en al sociedad. 

La mayoría de las personas no se dan cuenta que al no reconocer la importancia, o la necesidad, de ambas energías, no podrán satisfacer sus necesidades arquetípicas. "Envidia de pene", según Freud, cuando una mujer choca con su energía masculina, la rechaza y no puede haber equilibrio, y se ve reflejada en su personalidad.

La importancia de reconocer ambas energías es, según Jung creía, que son totalmente diferentes. La esencia de la masculinidad radica en su fuerza (combatividad), y la esencia femenina está en su emotividad (guía). Ninguna llevada al extremo es atractiva para el sexo opuesto, por tal razón se insiste tanto en el equilibrio.

Sí se puede tener una templanza entre los rasgos del otro sexo, sin la necesidad de irse al extremo. El problema es que, socialmente, las cualidades del sexo opuesto son "contrarias" al papel que debemos desarrollar, por lo tanto, son negados y llevados a la sombra (otro arquetipo de Jung).


La relación de los arquetipos

Como se mencionó al inicio, los arquetipos representan el contenido del inconsciente colectivo. Pues bien, para entender la relación que tienen los arquetipos, debemos hablar de cómo está constituido el inconsciente colectivo.

Son pensamientos heredades en cada individuo. Estos pensamientos hacen que tengamos ciertas predisposiciones a tener ciertas experiencias, para que se activen. Son universales, por lo que otras personas, en diferentes épocas y lugares, han tenido experiencias semejantes. Por tanto, los arquetipos pueden surgir de manera espontánea.

En otras palabras: tenemos una orientación a la realidad, en la cual se deben cumplir experiencias para tener una vida efectiva, de lo contrario, podemos tener imágenes inadecuadas.

El inconsciente personal (arquetipos) posee una parte esencial: los complejos. Y esto es porque todos los arquetipos se van acumulando a través de la experiencia del individuo, por tanto, pueden formar parte de ellos: impulsos inaceptables, deseos, recuerdos, etc.

Todas esas cualidades, por así decirlo, pueden considerarse como una red, que incluye pensamientos, sentimientos, y actitudes que se mantienen unidas por una idea central: al personalidad. Pero la mayoría de las veces, no somos conscientes de los complejos, así que nuestro núcleo se puede ver afectado.


Manifestaciones normales y anormales

Una vez entendido por qué debemos integrar esos arquetipos a nuestra personalidad, también hay que entender qué manifestaciones son las que reflejan una polarización errada, y cuál no. 

Empecemos por el Anima:

Normal vs anormal

  • Mantiene al hombre en contacto con sus emociones, o lo hace mezquino e insignificante (se deja llevar por la emotividad).
  • Lo ayuda a ser creativo y espontáneo, o lo hace cínico, amargado respecto al control de su propia vida.
  • Lo hace más intuitivo, o lo hace melancólico, extremadamente interesado en asuntos interpersonales.
  • Lo ayuda a ser sensible con las necesidades y sentimientos de los demás, o lo hace chismoso y entrometido en asuntos de los demás.
  • Lo hace un caballero en sus relaciones, hombres y mujeres, o lo hace afeminado e inseguro en las relaciones sociales.

Manifestaciones del Animus:

Normal vs anormal

  • La hace orientada hacia la realidad, o la hace emocional e irracional.
  • La hace orientada a los problemas, o la hace introspectiva (se victimiza).
  • La hace equilibrada, o la hace emocionalmente descontrolada, y se fragmenta la personalidad.
  • La hace orientada a objetivos, o la hace desorganizada y disociada.
  • La hace capaz de inspirar a ser creativa el anima del hombre, o la hace altamente obstinada y competitiva con los hombres.
  • La hace establecer un sentido de identidad o integridad, o la hace despojar al hombre de su papel, lo que causa problemas con su sentido de identidad femenina.
  • La hace estable, o la hace conflictiva.
  • La hace segura de sí misma, o la hace sentirse inferior.


Las personas tenemos un afán por crear historias mágicas, y prueba de ello es que cada cultura tenga sus arquetipos. Jung se dio cuenta que hay semejanzas culturales notables, pero aún no han sido explicadas, por mencionar algunas:

Imágenes latentes en situaciones humanas típicas:

  • La muerte.
  • El nacimiento.

Figuras significativas:

  • Dios.
  • Demonio.
  • La madre.
  • El sabio.

Y por motivos:

  • El apocalipsis.
  • La creación. 
La conclusión es que hay ciertas imágenes que nos ayudan a interpretar los acontecimientos, pero como están sujetas a la experiencia humana, se pueden ver distorsionados. Pero, si los arquetipos se modifican de manera correcta, ayudan en el proceso de aceptación del Yo.

De un lunático a otro. 
A. Gómez. -


Fuente:
  • "Arquetipos e inconsciente personal", de Carl G. Jung. 1970.


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