Sobre la frustración

últimamente he estado en un proceso de autoevaluación, por así decirlo, sobre el trabajo realizado en este proyecto. Y es que admito que no está siendo lo que creí que sería, es verdad que está empezando, pero aún así no siento que no estoy haciendo bien las cosas.

Por esa razón creo que fue importante hacer una retrospección. Y logré descubrir lo que estaba pasando, y es en cuanto a temas de comparación con otras personas que tienen muchos seguidores, por ende, más vistas, más likes, etc. Pero el problema en sí no ese, es lo que provoca: frustración.

¿Es realmente malo sentirnos frustrados?

Hace mucho tiempo que no me sentía frustrado, y para mí, frustración es sinónimo de experimentar. La conclusión es simple, llevaba mucho tiempo estancado, en la misma rutina y sin nuevos retos. Había perdido la oportunidad de aprender, y la consecuencia es que no tenía la posibilidad de frustrarme.

Según la psicólogo María J. Álava, hay que frustrarnos para poder aprender, y es que a través de la frustración podemos elaborar nuevos recursos que nos ayudarán ante la vida, y aquellos que no tienen la oportunidad de frustrarse, no tienen la capacidad de adquirir nuevos conocimientos.

Frustrarse es clave, porque si no, significa que no estás viviendo. Quiere decir que haces lo mismo y eso implica que no tienes cómo darte cuenta cuando aciertas y cuando te equivocas. Y la vida se trata de aprender, y se aprende, precisamente, de cometer errores que luego provocan frustración.

Lo esencial de la frustración

Es un hecho que durante toda nuestra vida en algún momento nos enfrentaremos a situaciones difíciles, momentos en los que creemos que no hay salida, que nadie nos puede ayudar, y es cuando más solos nos sentimos. ¿Qué podemos hacer? Poner en práctica la experiencia, los conocimientos adquiridos por la frustración.

Y ahí es donde está lo más importante de identificar que te sientes frustrado, porque te ayuda a elaborar escudos, o sea, recursos que puedes utilizar cuando te enfrentes a situaciones difíciles. La frustración hace que seamos más sensibles en algunos temas, por eso tenemos conciencia de ello, y sólo así se pueden afrontar.

Cuando hay una barrera negativa contra la frustración, implica que te estás negando a aprender. Muchas veces esa barrera es por miedo, pero ahora te lo presento de la siguiente manera: si tú quieres empezar un canal de YouTube, por ejemplo, es claro que al inicio sentirás miedo, porque aún no sabes cómo lidiar con la crítica pública. El punto es que es más que lógico el temor a los desconocido, pero ya una vez te encuentres cómodo ante la cámara, todo cambia...

Justamente así me siento hoy en día. No tengo miedo de publicar mis ideas, el problema es que no se está compartiendo cómo me gustaría. La conclusión que decidí fue que tengo que empezar a utilizar nuevas estrategias que me ayuden a crecer. La frustración, en este caso, me trajo una nueva inspiración al mostrarme que un camino no funciona, utilizará otro que quizás este hasta mejor.

Y bueno, a veces sé que sueno un poco positivista tratando de encontrarle las cosas buenas a todo, pero quiero aclarar algo: por supuesto que estoy mal por la baja divulgación del contenido, pero me gusta lo que hago, y quiero seguir compartiendo mis experiencias, y ya que el problema no es la calidad ni cantidad de contenido, el problema está en la distribución.

De un lunático a otro.

A. Gómez. -

Entradas populares

NADA